Todo por el loco ese
Ahora yo le
pregunto ¿Me pueden detener por ingenuo? ¿Por bien intencionado? ¡Cómo
pelotudo! ¡No sea irrespetuoso que yo no le falté el respeto eh! Está bien. Yo
lo disculpo pero no me ofenda oficial ¿Por qué no se me valora el gesto? digo.
Yo actué de buena fe oficial. Ya se lo dije. En ningún momento pensé en hacerle
daño a nadie. Y si intervine fue por una causa justa. Así que no me insulte más
le pido por favor ¿Qué es lo que me motivo a participar? La injusticia oficial.
El dolor que provoca el desapego, el desamor, la falta de cariño. Porque dígame
sinceramente. Cuál sería su reacción frente al maltrato. Si a usted supongamos,
le toca vivir una situación semejante a la mía. Si usted ve a un hombre, un
miserable monstruo golpear a su hijo con ciertas discapacidades y a su mujer,
una mujer de alma noble. Dígame qué haría oficial ¡Ah! ¡Ve! Reaccionaríamos de
igual manera. Y entonces... está bien. Está bien. Ya sé que no es lo mismo.
Pero a mí nadie me avisó. Que quede constancia que a mí nadie me avisó oficial.
Que a mí me conmovió la honestidad de Beto. Ahí me acordé. Beto le decían al
pibe oficial. Y la madre se llamaba Matilde. Y como lo vi tan indefenso frente
a la monstruosidad de su padre no pude menos que intervenir. Porque el pibe le
había cantado las cuarenta al novio de su hermana que era un desgraciado
engreído que había tenido la osadía de quitarle la propiedad a una pobre vieja
y como el tipo era leguleyo y él había caído en la cuenta, pese a su inocencia,
que su padre había engañado a su mamá, que como dijo mi tío Ernesto era una
santa. Y entonces le preguntó al novio de su hermana, eso le estaba diciendo,
qué pensaba de la infidelidad, y el tipo que se llamaba Mariano, le dijo que
eso era adulterio, que estaba mal y que era un delito. Y Beto dijo entonces que
su padre iba a ir a la cárcel y se levantó a buscar la camisa que su madre
estaba planchando y que tenía una marca de lápiz labial en el cuello y ahí fue
cuando no pude aguantar más porque el padre se levantó y empezó a pegarle al
pibe diciéndole loco de mierda, que su casa no era un manicomio y a la madre
que intentaba protegerlo y en el momento que lo agarró de los pelos
salvajemente me puse de pie. Sí oficial. Mi tío intentó detenerme en ese
momento. Me dijo que me sentara. Pero a mí me dio rabia tanta pasividad
oficial. Tanta gente y que nadie haga nada. Soy sanguíneo oficial por eso me
levante, desanudé los brazos de mi tío que intentaron detenerme y fui detrás de
la bestia esa que amansaba a golpes al pobre pibe. Y ahí fue cuando vi que el
resto se ponía de pie y por el rabillo del ojo pude observar a mi tío Ernesto
que se tomaba la cabeza. Y justo cuando ajusticio al monstruo del padre dándole
un jab monumental escucho a uno de los que estaba sentado en el lado opuesto al
que estábamos “Correte loco de mierda no ves que están actuando” Sí. Ya sé.
Usted me va a decir que cómo no me di cuenta. Y qué quiere que le diga oficial.
No había ningún escenario oficial. Yo no sé mucho de teatro pero eso sí lo sé.
En todos los teatros hay un escenario y hay un telón que se abre y se cierra y
eso era un galpón donde ingenuamente creí que esa gente vivía. Por eso me metí.
Después me agarraron entre todos y de nada sirvió las súplicas de mi tío
Ernesto. Me retuvieron entre cuatro o cinco hasta que ustedes llegaron y
después me subieron al patrullero y me trajeron hasta acá oficial.
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